Este martes 18 de julio se cumplió un mes desde que el sumergible Titán, a cargo de la empresa OceanGate, desapareció en el fondo del Atlántico. El batiscafo, que realizaba visitas turísticas a los restos hundidos del Titanic, perdió la comunicación con la superficie. En este instante se inició una búsqueda del sumergible, con la esperanza de encontrar con vida a los 4 pasajeros y el piloto.

Sin embargo, cuatro días después de la desaparición, la Guardia Costera de los Estados Unidos confirmaba la muerte de los pasajeros. El batiscafo no soportó la presión a la que estaba sometido y acabó implosionando poco después de iniciar la inmersión. Y ahora, un mes después, el ‘New York Times’ ha sacado a la luz algunos errores que condenaron al Titán y que se podrían haber evitado.

La estructura interna del sumergible

La estructura interna del Titán está formada por un armazón en forma de cápsula. Sin embargo, en sumergibles destinados a aguantar altas presiones bajo el mar, el ‘New York Times’ indica que se suelen utilizar estructuras en forma de esfera. Al parecer, esta decisión se tomó porque la forma del Titán permitía transportar hasta 5 pasajeros, mientras que un armazón esférico solo tiene capacidad para 3 personas.

Los materiales de construcción

Hablando de la estructura interna del Titán, para construir algunas partes de la cápsula, como el cilindro central, se usó la fibra de carbono. Aunque es un material resistente, se trata de una alternativa ‘low cost’ al uso de titanio, un elemento mucho más fiable si se trata de aguantar altas presiones bajo el agua.

Una amalgama de piezas incompatibles

Aunque se optó por la fibra de carbono en algunas partes del sumergible, en otras sí se utilizó el titanio. No obstante, el uso de materiales distintos en un mismo batiscafo de estas características es arriesgado, sobre todo porque estos tienen un coeficiente de expansión y compresión distinto. Así lo indica un submarinista retirado de la Marina estadounidense. En una situación extrema, la fibra de carbono se comprime mucho antes que el titanio, por lo que las juntas entre estos dos componentes se debilitarían con facilidad.

Problemas en el buque que transportaba el Titán

Para llevar a cabo la inmersión, el Titán necesitaba la ayuda del Polar Prince, un buque que transportaba el sumergible hasta la zona exacta donde debía iniciar la operación. Sin embargo, muchos han puesto en duda también todo este proceso. En declaraciones que recoge el ‘New York Times’, Arnie Weissmann, un ex pasajero del Titán, afirmó que «la plataforma en la que se trasladaba el submarino se agitaba de manera bastante brusca» durante el proceso.

Sin pasar inspecciones

Quizás el detalle más criticado por los medios de comunicación fue la falta de un certificado que confirmara que el Titán era seguro antes de empezar a llevar a cabo estas expediciones. El piloto, Stockton Rush, no obtuvo ningún certificado, y aun así siguió llevando a cabo estas visitas turísticas a los restos del Titanic. Son muchos los expertos que afirman que, por motivos evidentes, es imprescindible cumplir con las medidas de seguridad necesarias para pasar un test riguroso antes de embarcarse en misiones tan arriesgadas.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO