Tras un inicio irregular en Serie A, sumando 12 puntos de 18 posibles y perdiendo frente a Lazio y AC Milan en los primeros duelos importantes del curso, el Inter de Milán llegaba necesitado de una victoria. Los de Simone Inzaghi, cuya clasificación a la próxima fase de Liga de Campeones pasa por vencer al FC Barcelona en su doble encuentro las dos próximas jornadas, viajaba hasta Udine para enfrentarse a un sorprendente Udinese, uno de los equipos en mejor forma de Italia.

Si bien los nerazzurri se adelantaban en el marcador gracias a un golazo de Nicolò Barella, la risa iría por barrios. Al tanto del centrocampista italiano contestaría Milan Skriniar, en propia, para empatar el encuentro. Además, la agresividad del Inter obligaba, en el minuto 30, a hacer un doble cambio. Dimarco y Gagliardini entraban por los amonestados Bastoni y Henrikh Mkhitaryan.

Los de Andrea Sottil, que ya endosaron un doloroso 4-0 a la Roma de José Mourinho, lucharían el partido hasta el final, logrando remontar el 0-1 inicial. Jaka Bijol remataba al segundo palo un gran centro de Gerard Deulofeu, y Tolgay Arslan remataba el encuentro con un tanto en el tiempo de descuento para darle los 3 puntos a la escuadra de Friuli, colocándose momentáneamente como líderes.