Agosto del año pasado fue el mes más amargo en la carrera de Messi, obligado a decir adiós a Barcelona a regañadientes. Sin ni siquiera esperarlo. Sus lágrimas en su despedida fueron el reflejo del estado de ánimo de la afición, que se sintió huérfana de la noche a la mañana, como si a la camiseta le hubieran arrancado el escudo. Sin poder dar marcha atrás, al jugador rosarino no le quedó más que mirar hacia delante. En el horizonte, el PSG.

Al Khelaifi no tardó en tener preparado un contrato de acuerdo con el caché de Messi. Sin opción de seguir en el Camp Nou, optó por reencontrarse con Neymar en un equipo con su misma ambición: la Champions. El PSG, cuidadoso con cada detalle de su presentación, apalabró siete entrevistas con medios internacionales de renombre para darle aún más repercusión. Invitó también a Ibai Llanos, otro movimiento estratégico para potenciar la marca del club.

El cambio para Messi fue brusco, y la aclimatación nada fácil. A la espera de encontrar casa, se hospedó junto a su familia en un hotel a pocos metros del Arco de Triunfo hasta noviembre, con seguridad en cada entrada y salida. Esa rutina se hizo pesada. Durante tres meses, Le Royal Monceau estuvo bunkerizado, con prensa y aficionados haciendo guardia para verle antes o después de cada entrenamiento o de cualquier encuentro con el PSG.

El paso del tiempo puso cada cosa en su lugar. Hoy se cumple un año del debut de Leo con el PSG en la cancha del Stade de Reims, un partido que fue emitido en medio mundo por la novedad que supuso verle con otra camiseta. Su primer tramo de temporada fue irregular, castigado por una lesión en la rodilla que tuvo que tratarse en Madrid. Después, contagiado por la variante Delta del COVID, estuvo casi dos meses sin jugar con una infección en el pulmón.

Aunque Messi nunca perdió la fe en su juego, percibió la impaciencia de unos aficionados que siempre le pidieron más. Y, pese a que la temporada en el PSG quedó marcada por el triste desenlace en una Champions en la que marcó cinco goles, su rendimiento fue en línea ascendente. Jugó más minutos con el cambio de año, repartió más asistencias y tuvo más peso en el juego del campeón, que este año vuelve a tener a un gran Leo.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO