Alexander Zverev es, junto a Nadal, Djokovic y Federer, una de las grandes ausencias del Masters 1000 de Montreal que arranca el próximo lunes. El alemán sigue recuperándose de la lesión de tobillo que le obligó a abandonar en semifinales de Roland Garros, momento que también ha aprovechado para desvelar que padece diabetes tipo 1, que le obliga a inyectarse insulina de forma crónica, desde los cuatro años.

«Cuando era pequeño no pensaba mucho en ello, después cada vez más. Quiero demostrar que se puede llegar muy lejos con esta enfermedad. Ahora, muchos años después y también con los éxitos cosechados a mis espaldas, me siento lo suficientemente cómodo y confiado como para hacer pública esta iniciativa» destacó Zverev en referencia a la creación de una fundación que financiará proyectos para los niños y jóvenes afectados.

«Estoy en la situación privilegiada de vivir una vida que siempre quise vivir. Siempre quise jugar al tenis, viajar a torneos por todo el mundo y ser uno de los mejores tenistas del mundo. Que lo haya conseguido es principalmente gracias a mis padres y a mi hermano, que siempre me apoyaron incondicionalmente y lo siguen haciendo», explicó.

El jugador, de 25 años, aún no está descartado para el US Open, que comienza el 29 de agosto en las pistas duras de Flushing Meadows, en Nueva York.

«Sascha se está recuperando bien y sigue esperando poder estar listo para el Abierto de Estados Unidos. Sin embargo, aún es demasiado pronto para saber si podrá competir allí o no», dijo recientemente un miembro de su equipo.

El oro olímpico individual en Tokio tiene como objetivo realista volver al circuito liderando a Alemania en la fase de grupos de la Copa Davis, del 13 al 18 de septiembre.

Alemania jugará sus partidos en Hamburgo, con Francia, Bélgica y Australia, los otros equipos del Grupo C. Dos equipos de cada uno de los cuatro grupos pasarán a los cuartos de final de la competición masculina por equipos de este año.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO