Mbappé no vivió el mejor verano de su vida el año pasado. Cabizbajo después de la tempranera e inesperada eliminación de la Eurocopa, y sintiéndose responsable por haber fallado la pena máxima decisiva ante Suiza, se planteó dejar la selección. Los días posteriores a aquel partido recibió amenazas e insultos a través de las redes sociales, un mal endémico que han sufrido muchos futbolistas. En una entrevista en el Journal du Dimanche, Noël le Graët, presidente de la Federación Francesa, explica cómo sucedió:

“Lo recibí después de la Eurocopa. Mbappé sentía que la Federación no lo había defendido tras su penalti fallado y las posteriores críticas en las redes. Nos vimos cinco minutos en mi oficina. Estaba enfadado, ya no quería jugar en la selección francesa, lo que obviamente no iba a respaldar de ninguna manera. Todos sabemos cómo es: un ganador, y estaba frustrado, como todos nosotros. Es un gran tipo, mucho más generoso de lo que se piensa”, relata Le Graët.

Mbappé ha querido matizar a través de su cuenta de Twitter sus motivos por los que quiso dar un paso al lado: «Le dije a Noël le Graët que mi renuncia tenía que ver con el racismo, no por el penalti fallado. Pero él consideró que no había habido racismo…», critica el futbolista del PSG, que se sintió ofendido por su propia afición al caer apeado en los octavos de final de una Eurocopa en la que Francia era una de las principales favoritas.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO