Las relaciones entre Roman Abramovich están en su peor punto. El dueño del Chelsea ha sido impedido de vivir en Reino Unido, pero ahora un diputado buscaría que el magnate ruso deje de ser el dueño del equipo londinense por su cercanía con el presidente Putin.

El diputado por el partido laborista Chris Bryant se dirigió a la Comunes y cuestionó que permitan a un personaje con “asociación con actividades corruptas” tenga en su posesión a uno de los clubes más grandes de Europa y pidió acciones para mitigar su poder.

“¿Debería seguir teniendo Abramovich un club de fútbol en este país? ¿No deberíamos estar pensando en incautar sus bienes y asegurarnos de que gente que ha tenido el mismo visado que él no incurre en actividades delictivas?”, cuestionó Bryant.

A pesar de su enemistad con Abramovich, Reino Unido no planea que las sanciones contra Rusia tengan un efecto dañino para el Chelsea, club que da empleo a miles de trabajadores ingleses.