Una gala con tal cantidad de estrellas juntas por metro cuadrado como las que consiguió reunir France Football en su entrega del Balón de Oro es siempre un lugar favorable a que se tejan infinidad de historias entre bambalinas. Y más, si de por medio hay actores de tanta relevancia dentro de la actualidad deportiva como el Real Madrid y Kylian Mbappé, sospechosos de querer unir sus caminos en el futuro.

Sin ir más lejos, todo un mito del madridismo como Zidane comenzó su historia en el Real Madrid gracias a un mensaje en una servilleta que Florentino Pérez le entregó en un evento del estilo al del pasado lunes en París.

Sin embargo, los tiempos han cambiado, las cámaras tienen ojos en todas partes y esas tácticas ya no pueden quedar en la clandestinidad. Más aún si, como ocurrió en París, Mbappé estaba custodiado por su presidente, Al-Khelaïfi y su director deportivo, Leonardo. Una guardia pretoriana que no dejó a Emilio Butragueño, emisario blanco, acercarse a la perla francesa más que para, quizás, felicitarle y decirle con el pensamiento todo lo que no pudo con las palabras.

Un mes y un día para ser ‘libre’

Así pues, y a tan solo un mes y un día de que Mbappé se encuentre en sus últimos seis meses de contrato y por tanto sea libre de negociar con cualquier club, no hubo cumbre real por su fichaje aunque sí se descontó un día más en el calendario para que llegue el momento de que se vista de blanco y, quizás, algún día se suba al escenario a recoger el premio que ahora ve desde el patio de butacas o, incluso, entrega desde el atril a una ya histórica jugadora del fútbol español como Alexia Putellas.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO