Otra vez, como ya sucedió en San Mamés, un arrebato mágico de Memphis Depay salvó al Barcelona, que venció por 2-1 al Getafe en el Camp Nou a pesar de mostrar inseguridad y de no lograr tener el partido bajo control prácticamente en ningún momento.

El neerlandés sentenció los tres puntos con una jugada asombrosa, pero antes Sergi Roberto había puesto por delante al Barça por primera vez nada más iniciarse el encuentro. Entre los dos goles locales, el exazulgrana Sandro Ramírez igualó el marcador.