El Everton recibió a Richarlison de una manera muy caluros en el regreso del brasileño a los entrenamientos luego de unos días de vacaciones y tras haber obtenido la medalla de oro con Brasil en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El delantero arribó a la sede del club de Liverpool y lo esperaba gran parte del personal y sus compañeros con una pancarta: Parabens, Richarlison, que traduce, felicitaciones, Richarlison.

También, a manera simbólica, le pusieron alrededor del cuello el metal dorado, y mientras le tomaban fotos el resto de la plantilla lo aplaudió por lo hecho y por el gran nivel que mostró en el torneo olímpico.

El homenaje duró unos cuantos minutos y después de dar las gracias, el brasileño se puso a trabajar bajo las órdenes de Rafa Benítez. Un gesto de calor y bastante familiar, de lo que se trata esto al final de cuentas, de que los equipos de fútbol sean como familias. Y eso, muy seguramente, los hará jugar mejor.

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