Pocos entienden la política de cambios de Gareth Southgate en la final de la Eurocopa. Con el partido igualado, el técnico de Inglaterra tenía un arsenal ofensivo en el banquillo, pero en los 90’ únicamente ha dado entrada a Bukayo Saka (71’), dejando a Grealish, Sancho y Rashford a la espera de una oportunidad.
En la prórroga ha tratado de poner una marcha más con Grealish (99’), pero no ha tenido el impacto deseado.
Casi con el extra cumplido, se ha decidido a sacar a Sancho y Rashford (120’) pensando ya en la tanda de penaltis, pero ese ‘maltrato’ ha tenido su efecto negativo, puesto que ambos jugadores han fallado sus respectivos lanzamientos.
Southgate ha infrautilizado un equipo que poseía recursos casi ilimitados en ataque para apostar por un ‘once’ defensivo -jugó con tres centrales y dos carrileros- y la Ley de Murphy se la ha devuelto en el momento decisivo.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO