Este martes en el Canadá vs. Haití de la eliminatoria mundialista, el portero Josué Duverger cometió uno de los ridículos más grandes de los que se tenga memoria y evidencias.

Primera jugada del segundo tiempo, todo en orden -aparentemente- para el seleccionado haitiano. El defensa Kevin Lafrance toca hacia su guardameta, sin presión alguna, para reorganizar la jugada o pegar un balonazo a donde sea, en el peor de los casos.

Todo parece normal hasta que la pelota llega a Duverger, quien intenta controlar y se le va entre las piernas. El destino le dio una segunda oportunidad al meta de Haití para no quedar en vergüenza, pero terminó por hacer más grande su ridículo porque al querer despejar sobre la línea, le pegó con el pie de apoyo al balón, abanicó y metió el autogol.

Tras la desafortunada jugada, Ricardo Adé, el zaguero de Mushuc Runa corrió a buscar la pelota y apoyar a su compañero.