El amistoso termina en Innsbruck con dos lecturas, una para cada equipo. A buen seguro que dulce para Dinamarca y amarga para Alemania. El conjunto teutón dominó, se adelantó, las tuvo para ganar el partido con solvencia y acabó pagando caro un error atrás.

Los de Joachim Löw salieron con ganas de la caseta y encontraron el premio en tan solo un minuto. Kimmich se internó en el área y Neuhaus batió a un Schmeichel que pudo hacer bastante más.

Lejos de amilanarse, el elenco de Hjulmand demostró valentía y adelantó líneas. Eriksen, desaparecido en la primera parte, hizo acto de presencia metiendo un pase espectacular del que se benefició Poulsen para superar a Neuer tras el fallo de Süle.

Los germanos hicieron méritos para vencer, pero deberán mejorar en contundencia y en solvencia atrás. La buena noticia es que aún les queda un test más frente a Letonia.

TOMADO DE DIARIO AS