Después de conseguir el título de LaLiga para el Atlético, siendo decisivo con 21 goles, Luis Suárez se quejó con amargura de que en el Barça “me menospreciaron” y, en cambio, el Atleti me abrió las puertas”. El uruguayo cerró su etapa azulgrana en 2020 después de una temporada de 36 partidos y 21 goles (16 en el campeonato liguero y 5 en la Champions). En el Camp Nou sostienen que no le menospreciaron sino que el club necesitaba hacer cambios.

El club venía de protagonizar un doloroso 2-8 ante el Bayern, derrota que certificaba la decadencia de la plantilla. Cualquier salida de un veterano podía convertirle en un chivo expiatorio. Llegó Koeman, se reunió con la junta directiva y la secretaría técnica y decidieron tomar medidas. Una de las decisiones, prescindir del delantero uruguayo. Fue el propio técnico holandés quien le comunicó que no contaba con él, con el tercer máximo goleador del club. Quería retocar aspectos del sistema táctico, la forma de juego, y también dar aire al vestuario con la potenciación de jóvenes talentos como Ansu Fati y el recién llegado Pedri. Koeman opinaba que Luis jugaría menos esta temporada.

Ficha y contrato

En el club entendían también que se desprendían de una ficha alta, aunque en el acuerdo con el Atlético se precisara el pago de una parte. El ahorro era importante. Antes de producirse la debacle de Lisboa, club y jugador llegaron a hablar de una ampliación, pero las cifras estaban muy alejadas de cualquier planteamiento económico y más en un contexto de pandemia.

También existieron cuestiones estrictamente deportivas. Koeman sabía de las altas exigencias en Europa después de aquella humillante eliminación y pidió fortalecer el ataque. Contaba con Messi, con Ansu, con Griezmann y con Dembélé y pidió sabia nueva como Lautaro, que no cuajó por una cuestión estrictamente económica. Suárez había anotado 5 goles en Champions pero ninguno fuera. Una piedra en su mochila que arrastraba desde el 16 de septiembre de 2015, desde el primer partido de la fase de grupos ante la Roma. De todas formas, en el club también veían al uruguayo como un elemento distorsionador con una elevada cuota de un poder que se iba envenenando.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO