El Slavia no perdía un partido en casa desde el 10 de diciembre de 2019, hace 492 días. Por su césped habían pasado esta temporada Bayer Leverkusen (1-0), Niza (3-2), Hapoel Beer Sheva (3-0), Leicester (0-0) y Rangers (1-1). Y como ven, ninguno había sido capaz de tumbarle. En total, Los Cosidos llevaban 23 partidos seguidos sin caer, dando miedo y asomándose al balcón de las semis. Llegaban a esta cita con hambre de historia.

Pero todo eso le dio exactamente igual al Arsenal, que hizo un burruño con la hoja de datos, la tiró a la basura de reciclaje y dinamitó a su rival con un maremoto de 23 minutos. Porque ese fue el tiempo que tardó el conjunto de Arteta en ponerse 0-3 y ventilarse la eliminatoria.

Fueron cuatro goles, pero pudieron ser cinco, porque el VAR anuló el primero de la nocheSmith Rowe mandó a la red un rechace, pero partía en fuera de juego por unos centímetros. Y la tecnología lo confirmó. Sólo unos minutos después Pépé se encargó de regatear al portero y definir por el primer palo para abrir la lata. Y desatar el frenesí.

Lacazette, de penalti, marcó el segundo engañando al portero y Saka, que selló una actuación de matrícula de honor, firmó el tercero a pase de Chambers. Fue una humillación de las que dejan el cuerpo frío. Y en shock. Los locales poco a poco se fueron apartando los complejos y acabaron asomándose, tímidamente, al arco de Leno, pero sin creer. Era imposible creer en esa situación.

El ritmo se redujo en la segunda parte y los pocos zarpazos que quedaron fueron más consecuencia del pundonor que de la fe. Leno apenas tuvo que intervenir un par de veces… Y Martinelli perdonó la manita en un mano a mano. El Arsenal, noveno en la Premier a 9 puntos de Europa, también es esto. Un ciclón ofensivo. Un equipo capaz de lo mejor y de lo peor. Su versión fuerte es muy fuerte.

Espera el Villarreal en semifinales. Uno de los dos estará en Gdansk.

TOMADO DE DIARIO AS