El Madrid puede encontrar en la ingeniería fiscal una vía para asumir el elevado coste de recuperar a Cristiano Ronaldo. Pero hay una condición para que la operación sea ventajosa para ambas partes: el club blanco debe firmar al portugués, de 36 años, por una sola temporada. La normativa tributaria permite tanto al futbolista como al club un importante ahorro fiscal con un contrato corto.

«Si el Madrid le hace a Cristiano un contrato de un año, el portugués sería considerado como no residente en España, al no pasar aquí 183 días del año natural. Siendo no residente, se evita tributar al 50% por su salario en el Madrid y también por otras rentas que obtenga en todo el mundo por patrocinios o los rendimientos del patrimonio. Como no residente, tributaría al 19% sólo por su salario en el Madrid. Para el club la ventaja es que tendría que asumir un coste menor para pagarle al jugador lo que negocie en neto. Y el futbolista no pagaría nada por los derechos de imagen en el extranjero», explica a AS el abogado experto en Derecho del Deporte Toni Roca, CEO del despacho Himnus y del Sports Law Institute.

Ese tratamiento fiscal permite al Madrid igualar al jugador los 31 millones de euros netos que le paga la Juventus, con un desembolso para las arcas del club de unos 40 millones. Una cifra similar a lo que le abonaba el club blanco en bruto con su anterior contrato, pero del que Cristiano percibía netos ‘sólo’ 20. Además, con la condición de no residente el futbolista tampoco tiene que tributar en España los en torno a 40 millones de euros que percibe por la explotación de sus derechos de imagen en todo el mundo.

Un contrato de dos años ya exige un esfuerzo mayor para las dos partes. En ese caso, «en 2022 el jugador ya sería residente, el Madrid tendría un coste del doble del salario neto del jugador. Y Cristiano pasaría a pagar 20 millones de euros por sus derechos de imagen. Ni al Madrid ni al Cristiano les compensa que el jugador sea residente», explica Roca. Es decir, el club blanco tendría que desembolsar una suma mayor para igualarle el sueldo que cobra en la Juventus.

Cuando Cristianó fichó por la Juventus en el verano de 2018, jugador y un club se beneficiaron de los incentivos fiscales que ofrece Italia y que suponen una ventaja para los clubes de la Serie A y a la vez un atractivo para los futbolistas tentados por los clubes del Calcio. La menor carga fiscal que soportan los salarios de los jugadores rebaja la factura para los clubes. A igual ingreso neto para el futbolista, menor coste bruto para las entidades transalpinas.

A ello se suma la generosa tributación que Italia ofrece para los futbolistas por sus derechos de imagen: una tarifa plana de 200.000 euros por los ingresos procedentes del extranjero, independientemente de su cuantía. «La liga española es la que peor régimen fiscal tiene, no recibe ningún tratamiento especial para atraer talento deportivo a nuestro país», argumenta Roca, en línea con las quejas que ha expuesto en varias ocasiones el presidente de LaLiga, Javier Tebas.

Un marco legal que allanó su llegada a Turín. Con el mismo coste que tenía para el Madrid, la Juventus pudo ofrecerle más dinero y, a la vez, tentarle con las ventajas fiscales para sus ingresos por derechos de imagen. Tres años después, el Madrid, sin tantas ventajas, esboza el camino de vuelta.

Las propiedades no influyen

Una cuestión que puede condicionar la calificación de Cristiano como residente a la hora de tributar en España es el hecho de que posea propiedades en nuestro país. «Hay un criterio subsidiario para considerar a una persona residente, que el del centro de intereses económicos y vitales. Si al irse a Turín su familia se hubiera quedado a vivir en España, sí podría influir. El simple hecho de tener propiedades no influye», aclara Roca.

TOMADO DE DIARIO AS