A José Mourinho no le ha hecho ni pizca de gracia que la Asociación de Fútbol de Corea del Sur haya decidido convocar a Heung-min Son para un amistoso contra Japón el próximo jueves. No solo por el hecho de que una de sus estrellas tenga que cruzar el mundo en mitad de una pandemia por un partido intrascendente, sino porque el extremo, que está con molestias y todavía no se sabe cuándo va a poder reaparecer, tiene que estar al máximo nivel cuando vuelva la competición y el Tottenham se juegue la parte más importante de la temporada.
“No sé cuándo va a volver, pero lo que es seguro es que mañana no va a jugar contra el Dinamo de Zagreb”, respondía Mourinho, taciturno, en la rueda de prensa previa a la vuelta de octavos de Europa League. “Si un jugador está lesionado y no puede jugar, da igual si para lo que le convocan es un partido amistoso o uno oficial. No puede. Así que si la semana que viene Sonny sigue lesionado y podemos probarlo a la Asociación Surcoreana de Fútbol, ¿qué va a hacer allí? Nada, por lo que si no está disponible para nosotros tampoco lo va a estar para su país”.
Paolo Bento, seleccionador surcoreano, aseguró a principios de semana que todavía están pendientes de las pruebas físicas que determinen si el jugador podrá estar disponible para el partido de preparación de cara a la clasificación para el Mundial 2022, pero Mourinho, más pesimista, no lo tiene tan claro. “Es muscular, y eso nunca es sencillo por mucho que sea un jugador que se recupera de todo rápidamente”.
TOMADO DE DIARIO AS