A pesar de ser una caricatura del equipo que fue hasta hace poco, amenazado con quedarse sin Champions el año que viene, nadie en Liverpool cuestiona el cargo de Klopp. Tampoco la propiedad americana de Fenway Sports Group, que cataloga de absurdo el rumor extendido de que pueda prescindir del entrenador que catapultó al club hasta ganar la Champions y recuperar la corona de la Premier treinta años después. Una mala época puede tenerla cualquiera.

Y mucho más en estas circunstancias, todas adversas para el Liverpool. La pandemia negó la posibilidad de que los aficionados acompañasen al equipo en Anfield. Un lugar con aura que siempre ha intimidado a quien viste de rival. Sin embargo, sin gente en las gradas ha dejado de suscitar miedo. El Burnley, el Brighton, el City, el Everton, el Chelsea y el Fulham, seis equipos que han arrasado a domicilio a un Liverpool que se ha sentido desprotegido en todo momento.

Una temporada complicada que empezó a torcerse con el abandono forzado de Van Dijk. Se rompió la rodilla el capitán y desde entonces el Liverpool no levanta cabeza. Ha perdido autoridad, mando en los partidos y Klopp ha tenido que poner retales a las muchas ausencias que ha habido en una zaga mermada: “No he podido alinear al mismo once ni una sola vez”, esgrimió el alemán, que no considera que sea momento para darle una nueva capa de pintura al club.

La propiedad del Liverpool nunca ha discutido a Klopp. De hecho le considera el mejor del mundo. Se cree que ha nacido para entrenar en Anfield y que forma parte de la solución a un año para el olvido. Se entiende que estos dos últimos meses son solo una rareza en un camino de cinco años de progreso y nadie quiere poner punto y final a una historia de amor con alguien que comulga con la manera de ver la vida como cualquier aficionado del Liverpool.

A diferencia del Chelsea, que echó a Ancelotti, a Mourinho, o a Conte poco después de que ganaran la Premier, o el Leicester, que despidió a Ranieri tras obrar el milagro en Inglaterra, el Liverpool no va a seguir esos pasos. No se va a precipitar. Interpreta que tiene equipo suficiente para darle la vuelta el año que viene y va a invertir para volver al lugar que le corresponde. Y va a hacerlo con Klopp, que tiene el apoyo unánime de la gente de peso en Anfield.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO