El entrenador de la Juventus, Andrea Pirlo, confesó que tiró de Álvaro Morata como revulsivo a pesar de que el delantero español estaba “al límite” por una gripe, en un choque a remolque este miércoles ante el Oporto que lograron maquillar (2-1).
“Morata no estaba en su mejor momento, aún no se ha recuperado del todo de la gripe, al final del partido tuvo que tumbarse en el vestuario por un desmayo, pero no estaba bien ni siquiera antes del partido, estaba al límite”, dijo en declaraciones a Sky Sports.
El técnico italiano expresó así la situación compleja que vivió en la ida de octavos de final de la Liga de Campeones, con las bajas también de Dybala o Cuadrado, para reaccionar a los goles en el inicio de cada parte del Oporto. “No era el comienzo que queríamos hacer. Sabíamos que eran muy buenos cerrando atrás y después del gol fue más difícil”, confesó.
“Jugamos el partido como querían, es una pena, porque podría haber sido mejor. Lo habíamos preparado para la profundidad de ataque pero, si tocas el balón demasiadas veces, la cosa se complica. No fuimos listos, el movimiento del balón era demasiado lento”, añadió, satisfecho al menos del 2-1 que sacó Chiesa en el minuto 82 de cara a la vuelta en Turín.