FUENTE: TYC

Este viernes fue una noche cargada de emoción en Chapecoense, la lluvia enmarcó el Arena Condá donde Alan Ruschel, uno de los seis sobrevivientes del trágico accidente en Medellín aquel 29 de noviembre de 2016, levantó la Copa de la Serie B y devolvió al equipo a Primera.

«Lluvia en Arena Condá en el momento en el que Chapecoense se prepara para levanta la Copa. ¡Nuestra fuerza viene desde arriba!», se puede leer en su cuenta de Twitter en honor a todos los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes que fueron víctimas de aquella noche en Colombia.

El equipo del sur de Brasil ya había garantizado su regreso a la máxima categoría del fútbol de su país, pero este viernes derrotó por 3-1 a Confiança de Aracajú y se terminó quedando con el título, en una consagración épica en el último minuto.

A los 97 minutos Anselmo Ramón se hizo cargo de un penal, ya había convertido un tanto, lo picó y terminó siendo el gol del campeonato, ya que el equipo del estado de Santa Catarina, terminó imponiendose ante América de Belo Horizonte en la clasificación por diferencia del gol.

El fatal accidente sufrido por el equipo en el 2016 a solo 17 kilómetros del aeropuerto de Medellín cuando Chapecoense iba a disputar la final de la Copa Sudamericana dejó un saldo de 71 muertos sobre un total de 77 entre pasajeros y tripulantes. Entre ellos se encontraban jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y varios periodistas que iban a cubrir la primera final continental del humilde equipo brasileño. Finalmente Atlético Nacional, rival del Chape en esa definición, renunció a disputar la final y Chapecoense fue declarado campeón de la Copa Sudamericana 2016.

De toda la delegación que viajó a Colombia solo lograron sobrevivir tres jugadores: Jakson Follman, quien perdió una pierna y debió finalizar su carrera profesional, Helio Neto, que se retiró en 2019 debido a los grandes dolores que sufría pero estuvo en la cancha para compartir los festejos, y Alan Ruschel, que es parte del plantel actual, capitán y fue quien levantó el trofeo.

 “Quiero agradecerle a Dios por la oportunidad. Sabemos que no fue fácil por todo lo que enfrentamos. Estuvimos ocho meses sin cobrar, algunos hasta un año y medio… No sé si me voy a quedar pero sí sé que llevaré conmigo a este grupo para siempre así como llevo el de 2016. Estoy feliz de haber dejado grabado una vez más mi nombre en la historia del club”, dijo el capitán y sobreviviente después de un recorrido por toda la ciudad.