El Barça de Ronald Koeman se va recuperando. Con lentitud, sin aspavientos pero, últimamente, con eficacia. Desde la derrota en la fase de grupos de la Champions League en el Camp Nou ante la Juventus que le hizo perder el primer puesto, el equipo azulgrana ha enlazado una racha de ocho partidos sin perder (seis victorias y dos empates), todos en Liga. Esta reanimación colectiva ha coincidido con la mejor versión de un renacido Antoine Griezmann, que cada vez se entiende mejor con Messi y que ahora está más acertado con el gol. Los dos tantos al Granada y sus asistencias a Leo le han devuelto la alegría.

Tras ser suplente de Braithwaite ante el Valladolid, partido en el que no jugó ni un minuto, y frente al Huesca, entrando en el tramo final, Griezmann no sólo ha recuperado la titularidad sino que ha encontrado su encaje en los vaivenes tácticos de Koeman. Algunos factores han influido en esta buena dinámica del campeón del mundo. Uno de ellos es el efervescente estado de forma de Messi, después de sus dobletes ante el Athletic y Granada. Su contribución con dos asistencias han resultado cruciales para fortalecer su renovada conexión. Si Leo funciona, los partidos resultan más fáciles de leer.

Mucho ha tenido que ver también que Koeman haya dado con la tecla de su sistema táctico. Después de insistir en su apuesta por el 4-2-3-1 y de otros dibujos alternativos con tres centrales y dos carrileros, el técnico recobró la idea original del 4-3-3 con algunos matices en los interiores y en los ajustes ofensivos, lo que ha proporcionado un mejor acoplamiento a Griezmann. Aunque parte desde la banda izquierda, el francés ocupa los espacios libres en el área que deja el argentino como falso ‘9’. Este mapa le favorece. El equipo ha ganado consistencia y líneas de creación que al francés le han venido de maravilla. Tener por detrás a De Jong y Pedri como motores le está ayudando.

El factor Dembélé también está jugando a favor, como se comprobó con su asistencia en el segundo gol en el Nuevo los Cármenes. El extremo derecho también está inmerso en una proceso de resarcimiento personal y sus actuaciones en el campo estimulan a Antoine. Su desborde y su velocidad dan alternativas ofensivas con mucho valor. Dembélé se suma a la recuperación de otros jugadores, como un De Jong más inspirado o un Busquets más sólido.

Y de repente, la efectividad abrió el grifo. A Koeman, como a los propios jugadores, les resultaba extraño no encontrar el camino del gol, como se vio frente al Huesca, al que se ganó por la mínima después de disponer de un manojo de ocasiones. En cambio, en los otros dos partidos de 2021, el Barça ha precisado de mucho menos para golear. La confianza se ha extendido en el vestuario y Griezmann está saliendo reforzado. En los 24 partidos de esta temporada, el francés ha anotado 7 goles, a ocho de los 15 que logró en la temporada de su debut. De momento, ha igualado las cuatro asistencias en la mitad de los partidos que ha jugado (22 por 48)

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO