Se jugaban 12 minutos del primer tiempo entre Boca Newell’s cuando Edwin Cardona se hizo cargo de un tiro libre en la puerta del área. Y no falló: el futbolista colombiano acarició la pelota contra el ángulo superior izquierdo del arquero Ramiro Macagno.

Para celebrar, todos los jugadores del Xeneize se acercaron hasta la zona del palco VIP que tenía el Diego en la Bombonera, y en el que esta tarde estaba Dalma Maradona, apoyaron en el pasto una camiseta con el número 10 y comenzaron a aplaudir. La hija del exfutbolista no pudo evitar quebrarse en llanto.

Ocho minutos más tarde, el propio Cardona volvió a entrar en acción para poner el 2-0 para el equipo dirigido por Miguel Russo. También improvisó una dedicatoria para el Diego.

Ya en el complemento, Wanchope Ábila tuvo una chance inmejorable de aumentar la diferencia. El delantero se hizo cargo de un penal, tras una mano de Aníbal Moreno, pero su remate se fue por arriba del travesaño.

Se trató de un encuentro repleto de emociones, en el marco del primer encuentro que afrontaba el conjunto de la Ribera luego de la muerte de Maradona. Desde horas antes del partido pudieron verse muchísimas banderas en dedicatoria al ídolo.

Antes de que empiece el partido, los jugadores de ambos equipos realizaron un minuto de aplausos para recordar al excapitán de la Selección argentina que, curiosamente, vistió la camiseta de las dos instituciones.

En el entretiempo, por su parte, se apagaron las luces del estadio. La única que permaneció encendida fue la del palco del Diego.

Maradona tuvo dos etapas en Boca. La primera fue entre 1981 y 1982: luego de haber rechazado una oferta de River, se sumó al Xeneize y conquistó el Metropolitano ’81. Su segundo paso por la institución fue más de una década más tarde, luego de su glorioso paso por el fútbol europeo -Barcelona, Napoli y Sevilla- y después de haber jugado en Newell’s. Fue entre 1995 y 1997: el 25 de octubre de ese año, a días de cumplir los 37, colgó los botines luego de una victoria por 2 a 1 frente al Millonario en el estadio Monumental.

El 10 de diciembre de 2001, el Diego tuvo su merecido partido de despedida (u homenaje, como le gustaba llamarlo a él) en la Bombonera. En un estadio colmado y junto a estrellas de fútbol de todo el mundo, brindó la última función.


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