Antes de acabar dimitiendo como presidente del FC Barcelona el pasado 27 de octubre, Josep Maria Bartomeu intentó adecuar el salario de sus jugadores para poder cumplir con la rebaja del 30% de los ingresos que el club ha sufrido como consecuencia de la pandemia del Covid-19. El ya ex presidente azulgrana lo intentó con la mayoría de los futbolistas titulares que, por lógica, acumulaban las fichas más altas, pero solo lo logró con cuatro: Piqué (2024), Ter Stegen (2025) y De Jong y Lenglet (2026).

Otros futbolistas como Sergio Busquets o Sergi Roberto declinaron la propuesta a mediados del verano, Messi se desdijo de lo pactado en julio, Griezmann de entrada se sentó a negociar y al final declinó la opción y otros casos, como el de Coutinho, que acaba contrato en 2023, rechazaron la propuesta por un tema legal. Según ha sabido MD de fuentes cercanas al futbolista, el brasileño no veía con malos ojos la opción de alargar su vinculación, y menos viendo que esta temporada ha arrancado el curso siendo un futbolista importante para Koeman, pero sus abogados se lo desaconsejaron. Los letrados que asesoran a Coutinho consideraban que alcanzar un acuerdo de estas características, condicionando parte de la ficha de esta temporada en pagos futuros, y más con un presidente saliente, podría hacer que el entrenante no reconociera como válido ese acuerdo y lo dejara sin efecto.

De aquí que tanto Coutinho como sus agentes, con el asesoramiento de sus abogados, hayan optado por esperar a que haya un nuevo presidente el próximo 24 de enero y, entonces sí, sentarse a negociar para aplazar parte del pago de la ficha de esta temporada para más adelante, a cambio de alargar también el contrato.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO