El nombre de Steven Gerrard no necesita presentación por todo lo que hizo dentro del verde, pero está empezando a conseguir que tampoco la necesite por lo que hace fuera. El eterno 8 red dirige, desde el verano de 2018, al Rangers escocés y ahora está viviendo su mejor momento. En su primera experiencia como técnico en el fútbol profesional sólo ha necesitado dos años para crear un superequipo. Líder en liga, líder en Europa League y líder en sensaciones.
Esta temporada la única derrota que ha sufrido fue en agosto, cuando cayó ante el Bayer Leverkusen en la previa de la Europa League. Sobra decir la diferencia de categoría entre uno y otro equipo. La excepción que confirma la regla, porque su 2020-21 está siendo impecable. Su balance en 21 partidos oficiales es de 17 victorias, 3 empates y 1 derrota.
Pero va más allá, y para ello hay que fijarse en los goles. Ofensivamente pocas cosas se le pueden achacar, habiendo anotado en esos 21 partidos un total de 54 tantos (8 de ellos los sumaron este pasado domingo). Y defensivamente, es espectacular. Solamente 8 goles encajados y 16 veces acabó con la portería a cero. Incluso los cuatro amistosos que jugaron en julio los ganaron sin recibir goles.
Al contrario que los Mikel Arteta, Zidane o Pirlo, por ejemplo, Gerrard no se aprovechó del increíble recuerdo que dejó como futbolista para coger un gran equipo sin apenas experiencia. El Rangers es un histórico, pero que no gana una liga desde 2011 y que esta década ha vivido un proceso de reconstrucción tras caer hasta la Cuarta División por sus problemas económicos. Prefirió alejarse de los focos que atrae su figura y aprender en una liga menor. Gerrard ha devuelto a la afición la ilusión de volver a ser campeones de Escocia.
TOMADO DE DIARIO AS