Tiene 66 años pero juega al fútbol con el mismo entusiasmo y dedicación que sus rivales varias décadas más jóvenes. Dragisa Kosnic, el futbolista activo más viejo de Serbia -posiblemente del mundo- juega en el club de su pueblo natal, el Proleter Medja, en la sexta división serbia, tras medio siglo dedicado a este deporte.

«Juego en la sexta liga, pero disputo cada partido como cuando jugué contra el Hajduk, de primera», asegura Kosnic, que juega como mediocentro defensivo. El futbolista se refiere al que fuera el momento álgido de su carrera, en 1978, cuando su equipo de entonces, el Proleter de Zrenjanin, eliminó al Hajduk de Split, uno de los mejores clubes yugoslavos, de la Copa de Yugoslavia.

Después del partido, el propio Hajduk quiso ficharlo, pero una grave lesión que sufrió poco después le impidió continuar con su carrera futbolística en un equipo grande. «Fue el partido de mi vida», recuerda Kosnic en conversación telefónica con Efe en Belgrado.