En 1969, el Paris F.C se fusionaba con el Stade Germain F.C. para fundar el PSG. La capital francesa, más conocida por la moda que por el fútbol en aquella época, se proponía hacer de París una ciudad con un equipo de fútbol importante. Dos años después, el Paris F.C. decidió escindirse y seguir jugando bajo su denominación de origen.

Ayer, el segundo equipo de París anunciaba la llegada de un nuevo inversor procedente de Baréin. Sheikh Nasser bin Hamad Al Khalifa, miembro de la Familia Real de Baréin y propietario del Córdoba, se comprometía a aumentar el capital del Paris F.C. en un 20 %, poniendo como límite el 2023 para llevar al club a la Ligue 1, competición que no disputa desde la 1978/1979 y con Roger Lemerre en el banquillo, entrenador que llevó a Francia a ganar la Eurocopa en el año 2000 y la Copa Confederaciones un año después.

El Paris F.C. es un equipo peculiar. Es considerado en general como el hermano pequeño del PSG y cuenta con un fuerte apoyo del Ayuntamiento. Su estadio, el Stade Charléty, apenas acoge a 3.000 espectadores cada semana teniendo una capacidad de hasta 20.000. La pista olímpica que separa el terreno de juego de la grada, la escasa masa social del equipo y, sobre todo, la poca ambición del club en los últimos años han provocado que no haya podido crecer como entidad.

No obstante, la inversión de Baréin en el conjunto parisino no tendrá una magnitud equiparable a la de Catar en el PSG. Sheikh Nasser, que ha sido el valedor del aumento del capital, quiere ver al París F.C en Ligue 1, pero por el momento, el miembro de la Familia Real de Baréin no tendrá toma de decisiones en el Consejo de Administración. Esa parte se ha reservado a Pierre Ferracci, un empresario de influencia en París y amigo de Emmanuel Macron.

Ferracci ha conseguido obtener un 77 % del paquete accionarial tras el aumento de capital. Reconocido como un importante hombre de negocios, el creador del grupo Alpha llegó a la presidencia del París F.C. en 2012. Se encargó de mejorar la cantera del club y ha conseguido que el conjunto capitalino tenga en las mejores categorías a la mayoría de sus equipos. No obstante, y aunque no se haya confirmado, se rumorea que gracias a su amistad con Emmanuel Macron ha podido realizarse la transacción, en un paralelismo lejano con la adquisición del PSG a través de la influencia de Nicolas Sarkozy.

París es una de las pocas capitales  de Europa que apenas cuenta con dos equipos profesionales. También está el Red Star, el equipo de izquierdas de París y que no recibe ayudas del Ayuntamiento por no ser considerado parte de la capital (El barrio de Saint-Ouen está a las afueras). Por ello, la inversión de Baréin en el París F.C, dotándole de uno de los presupuestos más importantes de la Ligue 2, se considera como un avance para ver un derbi parisino que no se produce desde finales de los años 80, cuando el extinto Racing Matra y el PSG se disputaban el dominio de la capital francesa.