Ubicado en el Océano Pacífico a 1000 kilómetros de la costa, Islas Galápagos es un archipiélago de Ecuador reconocido mundialmente por sus bellezas turísticas.

Las islas que inspiraron a Charles Darwin para desarrollar la teoría evolutiva son Patrimonio de la Humanidad, y constituyen la segunda reserva marina más grande del planeta, jugando un rol clave en la conservación de numerosas especies.

En medio de su grandeza natural e histórica, Galápagos también conserva el espíritu del fútbol barrial.

“El fútbol es el deporte más popular, y se practica recreativamente desde hace mucho tiempo”, dice a FIFA.com Danilo Cadena, presidente de la Liga Barrial Islas Encantadas de Santa Cruz.

Santa Cruz San Cristóbal e Isabela son las islas principales, y dan nombre a los cantones en que se divide políticamente esta provincia ecuatoriana, que recibe 200.000 turistas al año.

“Los barrio, parroquias y gremios armaba sus equipos y organizaban torneos los fines de semana, en canchas de arcilla o gravilla. Pero ahí quedaba todo”, sigue Cadena.

“En 2007 se creó la liga que presido y se separó el deporte barrial del formativo. Lo mismo se replicó en San Cristóbal e Isabela, y la competencia se hizo más formal”.

Con 22.000 habitantes, Santa Cruz reúne al 60% de la población galapagueña. De ahí que haya cuatro ligas barriales, entre ellas una indígena de la etnia salasaka, y no una, como en los otros dos cantones.

“En total participan alrededor de 60 equipos masculinos y 24 femeninos. Entre los hombres hay categorías senior (hasta 40 años), máster (entre 40 y 50) y súper máster (más de 50). Las mujeres no tienen límite de edad”, continúa Cadena.

En Santa Cruz, los ganadores de cada liga juegan entre sí para ver quién representará al cantón en el torneo provincial, donde lo esperan los campeones de San Cristóbal e Isabela.

“Las canchas mejoraron, hay de césped sintético y natural con luz artificial. Y si bien todo es amateur, algunos jugadores reciben viáticos, sobre todo sin son refuerzos que llegan del continente”, agrega Cadena

No debería sorprender: las instancias finales reúnen alrededor de 3.000 espectadores.

“El provincial rota de cantón en cantón, y el anfitrión pone dos equipos. El campeón viaja al continente a representar a Galápagos en el Nacional de Ligas Barriales. A veces se refuerza también con jugadores de otros cantones. Se toma en serio”.

Galapagueña y mundialista
Andrea Pesantes llevó esa pasión barrial a otro nivel. A los 32, es la única persona galapagueña en triunfar en una selección ecuatoriana, tras disputar en Canadá 2015 la primera Copa Mundial Femenina de la FIFA de su país.

“De niña iba los domingos a la cancha con mi familia. La adrenalina por el futbol de hombres hacía que lo viviera intensamente”, recuerda para FIFA.com.

Así creció su amor por la pelota. “A los 6 ya juntaba a los chicos del barrio y salíamos a buscar rival para jugar por la gaseosa. Eran partidos de 5 contra 5 en la calle, con arcos de piedras, y como no me gustaba usar zapatos, volvía con los pies lastimados”.

La delantera vivió la transición “de los primeros torneos cortos para mujeres, a los barriales de hoy, donde las chicas tienen más espacio y son respetadas”.

Pesantes, campeona con Deportivo Cuenca en 2019, participó por última vez de una liga barrial seis años atrás, cuando sus compromisos le dijeron basta.

“Talento hay, y ojalá hubiera más galapagueñas que hicieran mi camino, pero allá o no ven al fútbol como una carrera o deben irse como yo para intentarlo”, analiza.

“Por eso me gustaría tener mi propia academia para formar chicos y chicas que puedan hacerlo, entiendo el sacrificio y la disciplina que necesitan. Y sino, que usen el fútbol para lograr becas de estudio en el exterior”.

Hacer escuela en Galápagos
Darío Meza emigró en 2007 de Guayaquil a Galápagos para hacer algo de dinero en las ligas barriales, y le fue bien. Su tiempo allí le sirvió incluso para afirmarse en la selección ecuatoriana de futsal, de la que sería su capitán.

En Santa Cruz encontró su verdadera vocación: enseñar y entrenar en el Club Atlético Galápagos, el primer club formativo del archipiélago, fundado por gente de la isla con una visión superadora.

“Hice el curso de técnico en el Instituto Superior de la Federación, y luego comencé a dirigir al Atlético Galápagos. Tres años después, también competía en los barriales”, dice a FIFA.com.

De vuelta en Guayaquil, Meza llegó a dirigir al seleccionado de futsal. En Galápagos, mientras tanto, varios de los muchachos que ayudó a formar destacan en distintos equipos.

Eso sí, cuando va de visita asiste a encuentros de las ligas barriales. “Existe talento, pero no ambición de profesionalismo. Para el galapagueño, el fútbol es un entretenimiento. Igual, los partidos son fuertes, reñidos, y se nota la pasión y el amor que tienen por el juego”.