La tensa escena se ha vivido durante la semifinal de la Copa de Israel que disputaron el Bnei Yehuda y el Hapoel Beer Sheva. El capitán del equipo, Dan Mori, se acerca a la banda para hablar con su entrenador, Elisha Levy, quien le propina un pequeño empujón y su respuesta es la amenaza de soltarle un puñetazo.
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El enfrentamiento se quedó ahí, pero la historia aún tendría un giro: el partido terminó en la tanda de penaltis, y Mori fue el encargado de lanzar el penalti decisivo, con un desgraciado final.