Auténtico escepticismo el que se respira en el Madrid después del último protocolo aprobado por LaLiga para la vuelta al trabajo y la fecha señalada para el inicio de los test con los que se comprobarán que no hay contagiados en la plantilla ni en el personal que la rodea. En primer lugar, la Liga quiere iniciar esos tests el próximo martes 28 de abril. La previsión del club blanco es que en ningún caso los entrenamientos podrán iniciarse antes del puente de mayo o incluso una semana después, sobre el 10 o el 12. Ese es el plan que hay sobre la mesa en la entidad.

En el seno del Real Madrid hay muchas voces que indican que el plan de Tebas “es un quiero y no puedo”, aunque dejan claro que los jugadores se adaptarán a lo que se les diga respetando, siempre, la máxima del riesgo cero. Y hay la certeza de que este riesgo cero no existirá hasta que haya una vacuna para la COVID-19. Se llega a plantear, incluso y de manera cruda, dos posibilidades: a) regresar a la competición mirando para otro lado porque el riesgo será altísimo. B) no reanudar la actividad hasta que no haya una vacuna. Hay que tener en cuenta que un equipo no sólo está formado por jugadores y cuerpo técnico, para que acudan a trabajar hacen falta médicos, fisios, utilleros, nutricionistas, jardineros, personal de seguridad y mantenimiento… En el caso del Madrid, más de 60 personas “que luego vuelven a casa para estar con sus familias”.

El primer interesado en que se vuelva a jugar es el propio Madrid, es obvio, dado que los ingresos y la viabilidad de la entidad dependen de ello. Pero con respecto a la vuelta al trabajo se plantean muchas dudas. La primera hace referencia a los test que se les van a realizar, diariamente y durante una semana (según el protocolo) a los 60-70 implicados en el Madrid: quién va a proporcionar los test, si los equipos o la Liga, si serán realmente efectivos, si es éticamente correcto que se efectúen cuando hay escasez de ellos para el colectivo sanitario que está en primera línea de batalla, por qué una semana y no dos o tres… Por otro lado, se cuestiona qué ocurrirá cuando haya algún contagiado, peor aún cuando eso suceda una vez reanudada la competición.

Con respecto a un posible confinamiento en Valdebebas durante las tres semanas que durará la hipotética pretemporada valoran en el Madrid que aún no se ha tratado pero que no debería ser un problema (aunque tres semanas encerrado es mucho). Pero más allá de esa circunstancia, también se ve poco viable la metodología de trabajo. Se plantean muchas dudas, como estas: ¿Cómo se va a los partidos, en cinco autobuses? ¿Cómo se va a los partidos de fuera de casa? ¿Y los hoteles? ¿Y el personal de ese hotel o de los transportes utilizados?…

Se esperarán acontecimientos, como es lógico, y la cooperación será máxima. Pero en el Madrid el escepticismo es absoluto. Ni los doctores ni los jugadores entenderían que no hubiera controles diarios hasta la llegada de la vacuna. Y eso requeriría una cantidad ingente de tests… “No tiene sentido otra cosa”, se llega a argumentar.

TOMADO DE DIARIO AS