El camino para salir de la emergencia COVID-19 es todavía muy largo, pero Italia lleva días deseando entrar en la ‘fase 2’, que empezará a partir del 4 de mayo y que, poco a poco y con mucha prudencia, volverá a abrir el país. Hay motivos para pensar en dar un paso adelante: ayer hubo el menor porcentaje de contagiados sobre los test efectuado desde que empezó la epidemia, el 6,1%.

El fútbol también planea volver, aunque todavía hay mucha polémica a su alrededor: varios presidentes pretenden que se dé la temporada por acabada (todos involucrados en la lucha por evitar el descenso), hay tensiones entre Comité Olímpico y Federación, los virólogos dan opiniones negativas (aunque ayer Rezza dijo que “en un mes sí se podría jugar”) y también hay un debate ético. Muchos critican que los futbolistas estén sometidos al examen para el COVID-19 cuando las personas normales y hasta los médicos deben esperar semanas en el mejor de los casos.

La llegada de los test serológicos, que a partir de mayo deberían difundirse en todo el país, podría cambiar el escenario. Son exámenes rápidos, fundamentales también en el protocolo que el comité científico de la federación discutió ayer con las autoridades del fútbol.

La idea es regresar desde el 4 de mayo con concentraciones «permanentes y obligatorias» en hoteles o estructuras de los clubes para lo equipos de Serie A (mientras que los de Serie B y C tendrán más tiempo para organizarse). Los jugadores, tras haber sido sometidos a los inevitables exámenes del COVID-19, entrenarán individualmente durante la primera semana, y después se volverá de manera gradual al trabajo de grupo, quedando aisalados del exterior y reduciendo así todos los riesgos.

El objetivo de la federación, que la semana que viene ilustrará su protocolo al Gobierno (todo queda pendiente de su visto bueno) es comenzar con las semifinales de vuelta de Copa italiana a finales de mayo y, después, recuperar los enfrentamientos de Serie A: faltan 124 y se distribuirían alrededor de dos meses, dejando así espacio libre para las competiciones europeas, que también podrían concentrarse todas en agosto. Queda mucho trabajo por hacer, pero varios directivos del Calcio son optimistas: dentro de mes y medio, quizás, la pelota echará a rodar.

TOMADO DE DIARIO AS