Leo Messi es un jugador excelso pero, además de por su juego, por lo que más ha destacado ha sido por su voracidad goleadora. El argentino, poseedor de un pie izquierdo privilegiado, ha firmado goles de todo tipo tanto con el Barça como con la selección argentina. En concreto, suma 627 tantos con el Barça en partidos oficiales y otros 70 con la albiceleste entre choques amistosos y de torneos. En total, la friolera de 697 dianas.

De estos casi 700 goles, la gran mayoría son con su zurda privilegiada. Bastantes menos los ha firmado de cabeza y no porque Leo sea un mal rematador con la testa. Más bien al contrario. La mejor prueba de ello es un golazo que hoy los culés y los aficionados al fútbol en general podrán ver de nuevo hoy en : el que le marcó al Manchester United en la final de la Champions League de 2009 disputada en Roma. Un gol especialísimo para Messi dado que él mismo lo ha definido como su gol favorito.

El vídeo de Gladiator

En aquella final, en que el Barça saltó al campo impactado por un vídeo que Pep Guardiola puso a sus jugadores inspirado en la película Gladiator (dado que la final se disputaba en Roma), el Manchester United dominó los primeros diez minutos de partido. Los hombres de Sir Alex Ferguson tuvieron varias llegadas y ocasiones ante un Barça al que le encontraba hallar su lugar sobre el césped del Olímpico. Pero en cuanto XaviIniesta Messi se pusieron a tocar el balón, el dominio pasó a ser del Barça, que se adelantó en el marcador con un tanto de Samuel Eto’o.

Con la bota en la mano

La puntilla azulgrana llegó en la segunda parte y la firmó Leo Messi con el que, según confesión propia, es su mejor gol. Fue un cabezazo espectacular que superó a Van der Sar, el altísimo portero holandés del United. El argentino se elevó como un resorte para poder cazar un pase potente y preciso de Xavi y con su testarazo puso el balón en la escuadra izquierda de un impotente Van der Sar ante la impotente mirada de otra torre, Rio Ferdinand. Tras el gol llegó la locura y Messi lo celebró con una bota en la mano que se le había salido del pie tras caer de su enorme salto. La copa de las orejas grandes se iba para Barcelona en el broche de oro a la primera temporada de Pep Guardiola en el banquillo azulgrana.