Thibaut Courtois, el meta de 27 años fichado por Florentino Pérez del Chelsea en agosto de 2018 por 35 millones de euros, está viviendo su peor momento desde que aterrizó en el Real Madrid. El belga, que apuntaba a ‘titularísimo’ para esta temporada, fue sustituido en el descanso del partido ante el Brujas en el Bernabéu (2-2) por problemas intestinales, de acuerdo a la versión oficial ofrecida por el club.
Sin embargo, a nadie escapa que esta podría ser una excusa para disfrazar la necesidad de darle un descanso al belga en busca de su mejor versión. Zidane, con esta medida, le evitó seguir estando en el ojo de la crítica de un Bernabéu que no entiende todavía la marcha este verano de Keylor Navas, un prodigio de discreción y sobre todo, un gran portero, adornado con tres Champions.
Y tampoco le perdona la afición a Courtois que se soltara este verano con aquello de “ahora está claro quién es el número uno, me siento más fuerte que nunca”. La grada interpretó sus palabras como un menosprecio a Navas, de quien jamás se oyeron palabras de este tipo.
Lo cierto es que Courtois, con el dorsal ‘13’ pese a declararse “el número uno”, luce unos números muy por debajo de los firmados por el costarricense. Keylor cerró el ejercicio 2018-19 con 22 partidos jugados, 2.010 minutos y 21 goles encajados, a razón de uno cda 95,7 minutos y 0,95 por partido.
El balance de Thibaut es muy inferior: con 34 partidos y 3.060 minutos, recibió 48 tantos, uno cada 63,7 minutos y 1,41 por partido. Cifras que este curso va camino de repetir: con 8 partidos y 675 minutos en sus piernas, ha encajado 11 goles, uno cada 61,4 minutos y 1,37 por partido.
El martes el Bernabéu demostró estar harto del belga, que no ha justificado ni de lejos el coste de su fichaje. Habrá que ver ahora cómo gestiona Zinedine Zidane este nuevo incendio blanco: el sábado los blancos reciben al Granada (16.00), que si gana en Madrid pasaría a ostentar el liderato liguero en solitario, al menos hasta que el Atlético no disputara su partido en Valladolid, el domingo.