Aunque Simeone no está de acuerdo con la intención de su club de colocar a Diego Costa en el mercado y ha manifestado públicamente que cuenta con él para la temporada próxima, la realidad es que en las altas esferas del club rojiblanco ya se han cansado de las reacciones de su delantero y del perjuicio que ellas conllevan para el equipo y su intención no es otra que vender al jugador al mejor postor, si es que éste existe.

La operación salida no va a resultar fácil. Todo lo contrario. Se antoja difícil por la alta ficha del futbolista, cercana a los 10 millones netos, por su edad, 30 años, y porque el club tiene bien presente que la inversión realizada por el jugador en septiembre de 2017 (contrato hasta 2021) no está ni mínimamente amortizada desde el punto de vista financiero. No hablemos ya en el deportivo, en el que el rendimiento de Costa ha estado muy lejos del esperado y nada que ver con el desarrollado en su etapa anterior.

El Atlético pagó al Chelsea 55 millones, más 10 en variables, que afortunadamente para la entidad casi no se han cumplido. Hoy en día es complicado que su precio de mercado se acerque siquiera a esa cantidad. Su escaso rendimiento y su actitud han devaluado su valor.