Eden Hazard se convertirá en el tercer fichaje del Real Madrid 2019-2020. Primero fue Rodrygo, después Militao y en cuestión de días se hará oficial el acuerdo con el jugador belga del Chelsea. Las tres partes tienen muy avanzado un acuerdo que lleva meses perfilándose y que por fin se culminará con el definitivo traspaso de Hazard a la entidad madridista.

Lejos queda la petición hecha por Zinedine Zidane a Florentino Pérez cuando no era más que asesor del presidente respecto a un joven y hábil belga que jugaba en el Lille francés. «Cuando sea de los mejores del mundo será jugador del Real Madrid», comentó el presidente blanco. Pues bien, ese momento ha llegado y el belga será blanco madridista en cuanto el Chelsea cierre su temporada a nivel competitivo, con los cuartos de la Europa League en juego y con la búsqueda de una plaza en la próxima Champions aún pendiente.

La sanción que arrastra el Chelsea tampoco va a ser mayor problema. El club inglés conocedor de lo que venía en camino, fichó el pasado invierno a Pulisic, jugador que se mueve de manea parecida a como lo hace el belga, aunque quizás pise menos el área que Hazard. Los 64 millones de euros que pagaron por el norteamericano en enero estaban más que justificados porque sabían que su jugador franquicia tenía decido marcharse en cuanto termine la temporada. Además, el Chelsea ha pedido el aplazamiento de la sanción, para que puedan tener margen maniobra en el próximo verano, circunstancia nada clara de que pueda ser efectiva.

Hazard lo ha tenido muy claro en los últimos años. El belga ha rechazado hasta tres ofrecimientos del equipo inglés para renovar contrato. Su idea siempre ha sido la de jugar en el Real Madrid y por fin parece que lo va a conseguir en cuanto finalice el presente ejercicio. Tal es la situación, que desde Santiago Bernabéu se sienten un poco en deuda con el delantero. Cuando Hazard habla de admiración hacia el Real Madrid y a Zinedine Zidane, no es una pose, no es un intento de quedar bien y si una declaración de sentimientos hacia un equipo y un técnico que marcaron su juventud.

La operación se va a cerrar por una cantidad cercana a los 100 millones de euros. Al belga tan solo le resta un año de contrato y eso lo saben Roman Abramovich y sus ayudantes, que el pasado verano pidieron 200 millones de euros por el traspaso del delantero. Además, la relación entre ambos clubes es más que notable, tal y como quedó demostrado el verano pasado con la cesión al Chelsea de Kovacic.

Con Rodrygo y Militao ya cerrados y Hazard pendiente de la firma, el Real Madrid sigue trabajando en reforzar la plantilla. La pauta marcada es clara y desde la zona noble y la dirección deportiva van a seguir la línea de los últimos años. La orden es clara y lo primero es encontrar jugadores que mejoren a los actuales hombres de Zidane. No se van a incorporar jugadores a lo loco o con los que pueda existir duda acerca de su posible rendimiento

El segundo apartado hace referencia al apartado económico. El Real Madrid tiene claro que no se van a pagar decenas y decenas de millones de euros por jugadores que o bien son una incógnita o bien no marcarían las diferencias en la plantilla blanca. Si se encuentra jugador que se adapte a todo lo dicho, el Real Madrid hará un esfuerzo económico, pero no va a ser por el primero que se cruce o por uno cualquiera de los múltiples ofrecimientos que están apareciendo en los últimos días y que ya superan la centena.
El famoso límite salarial va a ser respetado. Sergio Ramos marcará el tope. El capitán seguirá siendo la referencia tanto en el terreno de juego como a la hora de la ficha a percibir. No va a llegar un jugador que no sea considerado top mundial y pase por encima del sueldo de un jugador como Ramos. Si aparece uno de los considerados cracks, el tope será otro, pero no por un jugador próximo a terminar contrato, se van a salta una norma no escrita y que en su día cerró las puertas a Mbappé.