Japón amenazaba con dar una de las sorpresas Mundial cuando en el minuto 68 vencía 2-0 ante una Bélgica atónita. Sin embargo, en el último segundo de partido, el combinado europeo culminó su gran remontada para desolación de los nipones, que no pudieron contener las lágrimas después de morir en la orilla cuando tuvieron tan cerca pasar a cuartos por primera vez en su historia.

A pesar de la traumática derrota, los japoneses fueron fieles a su disciplina y educación. Como prueba, una fotografía que circula por las redes donde se ve el vestuario de los nipones en el Rostov Arena limpio como una patena dejando un mensaje que rezaba “gracias” escrito en ruso.

Antes, se habían despedido con efusividad de su afición, que a su vez también limpió las gradas del estadio antes de abandonar el recinto. Por si fuera poco, los jugadores atendieron a todos los medios de comunicación que lo solicitaron.