Johan Cruyff y Tele Santana pusieron la mano derecha, una encima de la del otro, para pactar que si aquel 13 de diciembre de 1992 algún jugador del Sao Paulo o del FC Barcelona se descontrolaba o no respondía al buen fútbol que ellos predicaban como religión, lo sacarían de la cancha.

«Trato hecho», dijo entusiasmado Johan Cryfff. «Participe usted», me pidió Telé Santana. Y yo también puse la mano…», contó el ex colegiado Juan Carlos Loustau – de no tan buen recuerdo por Ecuador-. Así evocó así el momento cumbre del más maravilloso pacto secreto que el fútbol ha conocido hasta hoy y del que el argentino se considera «un testigo privilegiado».

«Estaban convencidos de que perder jugando bien no es fracasar y de que en un partido leal, si se respetan los principios que los llevaron a esa instancia, no hay vencedores ni vencidos», declaró Loustau.

«Pero en cuarenta años de carrera nada me tocó más como haber participado en esa conversación entre Telé y Cruyff. Fue la cosa más enriquecedora que el fútbol me dio», afirmó.

«No se cansaron nunca de hablar de fútbol. Hubieran seguido de no haber sido porque Telé y yo estábamos con el sueño cambiado. Eran casi las tres de la mañana de aquél 11 de diciembre y fue ahí cuando surgió el pacto, la apuesta por el juego limpio», expresó.

El partido terminó con victoria paulista gracias a un doblete de su estrella Raí y así dieron vuelta a un tanto marcado por Stoichkov. Ese Sao Paulo repetiría la misma gesta el siguiente año ante el AC Milan.