Polémica en las semifinales del Mundial Sub-17 entre Malí y España. El colegiado, el japonés Ryuji Sato, no concedió un gol fantasma a Malí en el minuto 62 con 0-2 en el marcador a favor de la Selección dirigida por Santi Denia. El hecho de que no haya tecnología de gol (Ojo de Halcón) ni VAR en el campeonato perjudicó gravemente a la selección africana.

La jugada nació en un espectacular disparo de Doucoure desde 30 metros que se estrelló en el travesaño, superando la estirada del portero español. Según demostraron las repeticiones ofrecidas por GOL, el balón cayó dentro de la portería, pero el árbitro dejó seguir el juego ante las protestas de la selección de Malí.

En esos instantes se creó una gran confusión, ya que en el banquillo de Malí esperaban a que avisaran al colegiado para confirmarle que el balón había entrado. La jugada se repitió en los videomarcadores del estadio de Nueva Bombay. Sin embargo, pasaron casi dos minutos y Sato no detuvo el juego. Cuando lo hizo, ante el enfado del banquillo de Malí por la claridad de las imágenes, el colegiado se dirigió al entrenador (Komla) para amonestarle por protestar.