El 14 de junio de 2018 el Estadio Luzhniki se colmará con más de 80.000 espectadores para presenciar el primer partido de la Copa del Mundo de Rusia. A menos de un año de ese evento y con 23 selecciones ya clasificadas para el certamen, la FIFA comienza a dar una batalla interna.

Gianni Infantino, presidente de la Casa Madre del fútbol mundial, es el principal impulsor de la inclusión de la tecnología en el fútbol y desde su llegada, varias ligas y torneos han implementado algunos métodos innovadores que colaboren con la tarea del árbitro.

En este marco, el suizo electo en 2016 fue concreto: «Ha llegado el momento de usar el VAR», sostuvo al ser consultado sobre el gol fantasma que le dio la clasificación a Panamá a la próxima cita mundialista.

Sin embargo, Infantino no tiene la potestad de decidir si la implementación del VAR (árbitro asistente de video) es factible. El 16 de diciembre la FIFA se reunirá para analizar éste, entre varios puntos. Allí se votará por incluir o no el videoarbitraje, como se hizo en la Copa Confederaciones.

En ese torneo, se utilizó el VAR en todos los encuentros y luego el sistema fue adoptado por algunas ligas europeas como Italia y en certámenes internacionales como la Copa Libertadores, a partir de las semifinales, y la Sudamericana, en las finales.

En diciembre, evaluarán si el saldo ha sido positivo, según los informes recopilados por la propia FIFA y luego se decidirá si implementarlo o no y de qué manera. Es decir, en qué instancia se utilizaría y ante qué situaciones de juego intervendría, siempre con el aval del referee.

En Brasil 2014, la tecnología arribó a través del «Ojo de Halcón», un sistema que permite al instante saber si la pelota ingresó al arco o no, sin interrumpir el juego y que seguramente regrese a Rusia.