«En nueve años que hace que estoy aquí, es la primera vez que siento que el Madrid es superior. Parece que vamos por caminos separados y debemos ir todos juntos». Gerard Piqué evitó la tentación de amortiguar la caída tras la derrota en el Bernabéu. El central optó por subrayar una verdad incómoda para tratar de agitar al club y al equipo.

Los dos encuentros de la Supercopa han dejado entrever un cambio de tendencia: el Madrid parece un equipo que esté comenzando algo grande; el Barça, un grupo exprimido que anuncia su cuesta abajo.

DEL TRIDENTE AL DESCONCIERTO

En los últimos años el Barça se fue alejando de la propuesta radical de Guardiola. El plan innegociable, el Barça de los centrocampistas, se fue difuminando con un giro hacia un equipo más vertical liderado por el tridente.

La apuesta por la MSN fue tan decidida que la salida de Neymar ha sumido al equipo en un gran desconcierto. «Tenemos que encontrar mecanismos, eso cuesta porque las circunstancias han cambiado”, reconoce Valverde.

La sensación es que el tridente tapó durante meses carencias estructurales del equipo y condicionó la planificación. El discurso del club es que sin la MSN hay que poner el acento en el equipo, pero la realidad es que la Messidependencia es ahora más visible que nunca.

DEPRESIÓN POSTRAUMÁTICA (EL EFECTO NEYMAR)

«No estamos en el mejor momento, ni a nivel de equipo, ni de club». Lo dice Piqué, que al igual que Busquets ya avisó de que no hay otro Neymar, pero que hay que fichar para seguir compitiendo.

La salida de Neymar ha sido el mejor fichaje para el Madrid, sobre todo por el golpe anímico que ha supuesto para el Barça, que no supo anticiparse al descontento del futbolista.

En una plantilla que parece anclada en el pasado -los jugadores claves están o pronto llegarán a los treinta- Neymar era el futuro. El futbolista señalado para contrarrestar un bajón de Messi. De ahí que el club siga aturdido con un adiós traumático. La marcha del brasileño además ha contribuido a subrayar el distanciamiento entre la plantilla y una directiva en el punto de mira.

CUESTIÓN DE TALENTO

El Madrid ha hecho las cosas muy bien en la planificación deportiva los últimos años. El club ha pasado del intervencionismo de Florentino (y su tendencia a fichar cromos) a buscar la captación de talentos con un potencial enorme pensando en el futuro.

El Madrid no solo ha mantenido piezas que han dado forma a su proyecto -jugadores como Modric, Kroos, Cristiano, Benzema, Marcelo o Ramos- sino que ha incorporado piezas como Carvajal, Asensio, Casemiro, Ceballos, Theo, Llorente o Kovacic que han mejorado la competencia en el equipo.

Viendo las plantillas de Barça y Madrid el debate ya no es sobre el fondo de armario. El once inicial del Madrid vive una plenitud y un nivel de autoconfianza que contrasta con el extravío del Barça. El Madrid ha logrado reunir a un grupo de jugadores completísimo y las apuestas le han salido bien.

FICHAR BIEN O FICHAR MAL, ESA ES LA CUESTIÓN

«No se gana siempre, en todos los deportes de la historia. Hay cambios y cuando no aciertas bajas un peldaño y pierdes». De nuevo Piqué y un diagnóstico contundente.

El Barça ha estado tan ensimismado en sus éxitos recientes y en el tridente que se ha dormido en el mercado. Los fichajes de las últimas temporadas en líneas generales han venido para complementar a nombres intocables. No se han fichado titulares, con algunas excepciones como Umtiti, y han llegado jugadores que no han demostrado estar listos para coger el relevo.

La sensación es que la plantilla ha ido perdiendo calidad. El trabajo para mantener el tridente seguramente haya condicionado la planificación -sus fichas podían comprometer el límite salarial- de ahí que una vez roto el invento con la salida de Neymar se hayan subrayado las deficiencias.

EL EFECTO ZIDANE

El francés ha logrado siete títulos en 19 meses. Pero más allá de los números su presencia ha dado mucha estabilidad al club. Conciliador en sus declaraciones, cercano a los futbolistas y más intervencionista de lo que parece en la pizarra, se ha destapado como el entrenador ideal para este Madrid.

Con él han explotado futbolistas como Isco o Asensio -jugadores que ocupan la misma posición que ocupa el francés en el campo- sin perder el respeto de los miembros de la BBC.

Zidane ha hecho equilibrios para mantener a toda la plantilla involucrada, y aunque por el camino haya perdido piezas como Morata o James, nadie duda de su gestión. Lo más descorazonador para el barcelonismo es que el Madrid parece comenzar un ciclo brillante tras ganar tres de las últimas cuatro Champions.

EL PLAN FUTBOLÍSTICO

¿Tiene el Barça un plan futbolístico claro? Los fichajes lo desmienten. Si la alternativa a Verratti es Paulinho son evidentes las contradicciones. Y si es Coutinho ocurre algo parecido, porque tampoco es de las características del italiano.

En el campo Valverde trató en el Bernabéu de agitar al equipo con un nuevo sistema. Un 3-5-2 fallido que estaba pensado para otro Madrid. «Creíamos que el Madrid jugaría con solo dos delanteros», reconoció Jordi Alba tras el partido.

El conjunto de Zidane, por su parte, subraya esta temporada su tendencia al juego de asociación, pero manteniendo el patrón flexible que lo caracteriza: si hay que renunciar al balón en algunas fases del partido lo hace sin problemas para hacer daño a la contra.

Si como algunos apuntan la hegemonía de los equipos se construye a partir del mediocampo, el Barça parece tener a día de hoy perdida esta guerra. Messi no tocó el balón en el Bernabéu hasta el minuto 10.

EL PAPEL DE MESSI Y CRISTIANO

El papel de uno y otro sirven como referencia del momento actual. Basta con hacer un ejercicio muy sencillo; imaginarse un Barça sin Messi y un Madrid sin Cristiano.

La respuesta subraya las carencias del Barça, porque ningún hincha blaugrana se imagina al equipo sin el ’10’. En el Madrid, el nivel de la plantilla permite incluso prescindir del portugués.

Así se ha visto en esta Supercopa, ganada por el Madrid por un global de 5-1, donde el delantero solo jugó la recta final del partido de la ida. El conjunto blanco ni siquiera necesitó de Bale e Isco en el Bernabéu.