Se acaba la cuenta atrás. Miami, la segunda ciudad más importante de los Estados Unidos (junto con Los Ángeles) en número de visitantes y turistas, soñaba hacía tiempo con tener un acontecimiento como el Clásico. Costó lo suyo, pero lo consiguieron. Una ciudad ordenada, un estadio perfecto, infinidad de hinchas de los dos equipos y una buena oferta hotelera ayudaron a hacerlo posible. Barça y Madrid aterrizan en el sur de Florida y las estimaciones de su retorno económico se calculan cercanas a los 1.000 millones de dólares, una brutalidad, pero una pequeña porción de lo que se llega a recaudar durante todo el verano.
La locura en Miami por el partido es tremenda. Desde el momento en el que se desvelaron las ciudades y los partidos que acogerían la International Champions Cup 2017, los aficionados reaccionaron ante el primer Clásico en los Estados Unidos y el primero fuera de España desde 1982. La locura se desató y el precio de las entradas (400 dólares la más barata) pareció un regalo para los ansiosos aficionados que llenarán las gradas del Hard Rock Stadium.
El estadio, ubicado a las afueras de la ciudad, cuenta con una capacidad de 65.326 asientos, entre ellos 20 de palcos privados situados en “una zona realmente privilegiada”, dicen desde la organización.
Dos de estos palcos has sido reservados por Carmelo Anthony y LeBron James. Los dos jugadores de la NBA abonaron entre 60.000 y 80.000 dólares por ver el Clásico y desde sus posiciones disfrutarán con una docena de íntimos de las evoluciones del choque.
Todos los palcos fueron vendidos el día que salieron a la venta. “Hay mucha admiración por los dos equipos y por poder ver a Messi y Cristiano”, informan los organizadores del encuentro. Además, los dos jugadores de baloncesto pidieron la posibilidad de saludar a los futbolistas de los dos equipos, deseo que en principio podrán cumplir sin ningún tipo de problema.
Ambiente. “Pocos entienden la pasión que por estos dos equipos hay en Miami”, aseguran desde Relevant, empresa que organiza la International Champions Cup. Nadie sabe si es más complicado a día de hoy comprar una entrada o bien conseguir una plaza hotelera.
“No hay camas libres” se anuncia en los hoteles de los barrios más populares de la ciudad. El Clásico puede con todo. También costará encontrar un sitio en el que cenar con paciencia en Miami Beach o en el Down Town.
Miami es un punto estratégico para disfrutar de unas buenas vacaciones. Los turistas locales, los que residen en la zona interior de los Estados Unidos, tienen en Florida un buen lugar para disfrutar del sol y olvidarse de los fríos y pesados inviernos. Mientras, la ciudad, tiene un aeropuerto situado en un punto estratégico para los visitantes que llegan desde México, Centroamérica y Sudamérica. “Muchos van a venir a pasar el fin de semana a Miami y a disfrutar del partido”, afirman los hoteleros que comparan el impacto del Clásico de Florida al de una Superbowl. No será el último.
La fiebre por el Clásico en Miami
Reventa legal: En Estados Unidos, la reventa de entradas es legal siempre y cuando se paguen los impuestos. Un fan del Barcelona que llegó de Colorado confesó a la Cadena SER: “He pagado 2.000 dólares por mi entrada, con impuestos, me sale a 2.114,27”.
Entreno pagado: Asistir al entrenamiento de ambos equipos en el Hard Rock Stadium costaba 30 dólares y las entradas volaban.
Actuaciones musicales: Prince Royce entonará el himno previo al Clásico y Marc Anthony será el astro central del show durante el descanso. El artista puertorriqueño, por otra parte, gestiona los derechos de imagen de Ramos y Marcelo en EE UU.
Fiesta en ‘Casa Clásico’: Ayer y hoy, en Bayfront Park, a 500 metros del pabellón de los Miami Heat, se ha instalado una Fan Zone, imitando la ‘Experiencia NFL’ que se organiza durante la semana del Super Bowl. Ahí los aficionados disfrutan de actuaciones de DJs, un show de ‘Siempre Flamenco’, juegos, presencia de celebridades y una fiesta hoy para ver el encuentro.