Autocrítica para corregir errores y aspirar a todo. Es la fórmula que trata de autoimponerse Pep Guardiola. El técnico del Manchester City, que trabaja a fondo en remodelar la plantilla en vistas a la próxima temporada, sacó a relucir su faceta más autocrítica al calificar el pasado curso como «un desastre».

Guardiola, que participó en una gala benéfica organizada por la fundación del golfista Rory McIlroy, fue muy directo al lamentar los resultados cosechados el pasado curso, en el que el City se quedó en blanco y lamentó una prematura eliminación europea a manos del Mónaco en octavos de final de la Champions. «No creo que nadie la considere una temporada de transición. Si no ganas un trofeo, es un desastre», expresó Pep.

Pese a la autocrítica, el técnico del City reivindicó su hoja de ruta y defendió que no cambiará el enfoque aplicado para el desarrollo de su idea: «No vamos a empezar la nueva temporada pensando que tenemos que ganar este trofeo o el otro. Hay que tratar de disfrutar del proceso de construcción de un equipo e intentar mejorar cada día». El de Santpedor incidió, además, en la entrega de sus pupilos: «Lo importante es que los aficionados sepan que cuando salimos al terreno de juego ponemos el corazón». «Eso es lo que se puede garantizar pero… ¿Ganar? No. Quieres ganar, por supuesto, pero también lo hacen otros», matizó Pep.

El técnico del City también tuvo tiempo para brindar una lluvia de elogios a Leo Messi y a su mentor, el legendario Johan Cruyff, así como para afrontar una incómoda pregunta sobre el Manchester United que supo capear con maestría. En presencia del actor James Nesbitt y del propio McIlroy, ‘red devils’ confesos, Guardiola fue prudente al evitar ‘mojarse’ sobre a qué jugador del United ficharía. Para salir airoso, Pep encumbró al mítico Paul Scholes, «mi jugador favorito», al que años atrás ya definió como «el mejor centrocampista de su generación».