Vanuatu, un archipiélago de islas en el Pacífico Sur, de sólo 267.000 habitantes, es una de las grandes sorpresas que ha arrojado el fútbol a nivel de selecciones este curso. Su selección sub 20 disputará por primera vez un Mundial, un torneo que en su versión máxima apasiona a la población como ningún otro acontecimiento.
Vanuatu debutará en la madrugada del sábado frente a México en una gran competición, en lo que es la culminación de un proceso que comenzó hace dos décadas y que se aceleró con la llegada del plan instaurado hace más de una década por el uruguayo Juan Carlos Buzzetti, que a través de un plan escolar supo exprimir el talento innato que se le otorga a los vanuatuenses, apodados ‘Los brasileños de los Mares del sur’.
«Tienen un don natural para jugar a este deporte. Para empezar, cuentan con algo que no tenemos los blancos: flexibilidad y una habilidad brutal para hacer cosas que a nosotros nos parecen imposibles. Es lo que yo llamo un cuerpo feliz. Luego tienen una pasión que es inagotable. Si les das una naranja o algo a lo que puedan pegarle patadas, ya no hacen otra cosa en todo el día. Me recuerda mucho a Uruguay, a Sudamérica en general porque juegan en cualquier rincón», contó Buzzetti al periodista del diario Marca, David Ruiz, en su viaje por el Pacífico Sur en 2005, relatos que están recogidos en el libro ‘Fútbol que estás en la Tierra’.
El fútbol en Vanuatu, cuya federación se fundó en 1934, creció de la pobreza, de chicos que entrado el siglo XXI no tenían posibilidades de comprarse botas de fútbol y jugaban descalzos en campos construidos sobre antiguos aeropuertos de la II Guerra Mundial, repletos de agujeros hechos por cangrejos. En la actualidad, disputan una Liga con sólo ocho equipos, concentrados en Port Vila.
La selección sub 20, dirigida desde febrero por Dejan Gluscevic, un goleador serbio trotamundos de los años 90, se clasificó hace seis meses para la cita de Corea. Fue un auténtico bombazo con un gol en la prolongación en las semifinales del torneo oceánico ante Islas Salomón. La nación se lanzó a la calle y nombres como el centrocampista Jason Thomas o el capitán Bong Kalo, goleador en la mini gira previa al Mundial que han realizado, son ya familiares para todo el mundo. Su sueño ha comenzado.
