Este domingo se cumplirá un año del terremoto que golpeó a nuestro país. Como era de esperarse, el fútbol también se vio afectado por esta catástrofe natural, puesto que el campeonato ecuatoriano debió suspenderse.

Una de las provincias más afectadas por este suceso fue Manabí, en dicho lugar se encuentra el Delfín de Manta, club que compite en la Serie A del torneo local y en este 2017 ha mostrado un rendimiento asombroso.

El año pasado, los ‘cetáceos’ contaron en su plantilla con un goleador argentino, que de paso fue el ‘killer’ de la competición pasada. Maximiliano Barreiro tuvo la amabilidad de charlar para la redacción de STUDIO FÚTBOL, por intermedio del periodista mexicano Raúl Ayala, acerca del desastre ocurrido en abril del 2016.

Para empezar, ‘Maxi’ contó: «La verdad que fue un momento muy desagradable, me tocó vivir eso muy desde adentro, desde una ciudad que sufrió bastante por ese fenómeno natural. Una sensación horrible, difícil de explicar, parecía que te tragaba la tierra; te sentías un gusano, una hormiga, no sabías lo que te podía pasar».

«Justo me tocó estar con mi familia en esa ciudad, mi señora y mi hija estaban en el departamento y se perdió la comunicación y no sabía cómo estaban. Decían que venía Tsunami y eso, la verdad que fue algo desesperante y complicado», añadió el delantero del Necaxa, del país azteca.

«Si me tocó estar ahí, fue para poner algo de mi parte, ayudar. Gracias a Dios no pude lamentar ninguna víctima cercana. Sé que fue Manabí una provincia muy golpeada, pero Ecuador se dio la mano y pudo salir adelante… fue admirable, me sentí ecuatoriano desde que me abrieron las puertas. Siempre he dejado mis mejores recuerdos y grandes amigos allá», añadió el elemento de 32 años de edad.

«Me tocó estar en Manta unos meses más después del terremoto, brindamos mucha ayuda. Lo que destaco es la actitud de los ecuatorianos. Esto no se le deseo a nadie. Hay que agradecer a la vida, decidí quedarme en el país y me sentí muy contento en esa tierra», añadió el jugador nacido en Mendoza.

«El país sigue creciendo, estoy feliz por el presente de Ecuador ahora, todo Manabí salió adelante. Una de las recompensas se ve en lo futbolístico (Delfín es el líder del torneo ecuatoriano)», acotó.

«El momento después fue tratar de ayudar en lo que se podía, llevar alimento a gente que se quedó sin nada. Traje gente a casa para que durmiera, no tenían dónde ir. Delfín ayudó bastante. Fue muy lindo ver cómo un país se hizo uno solo y sacó fuerzas para ayudar a Manabí», agregó el atacante.

«Manabí es una provincia humilde y unida. Me tocó vivir esto y sentí el apoyo de gente de la capital, de Guayaquil, de todas partes del Ecuador. Ecuador demostró ser un país grande y rico», sentenció Barreiro.

Nota de: Víctor Loor Bonilla