Mientras que el caso Osasuna parece avanzar cinco velocidades más rápido, el primer caso por amaño del fútbol español en llegar a los Juzgados sigue sin avanzar. Fue en mayo de 2011, pero sigue en fase de instrucción. Aquel rocambolesco ingreso de supuestas primas por parte del expresidente del Zaragoza, Agapito Iglesias, a 10 de sus jugadores, que salieron de sus cuentas días después y cuyo rastro se pierde en lo que la Fiscalía Anticorrupción calificó de amaño a los jugadores del Levante para dejarse ganar en la última jornada de aquella temporada, permitiendo a los maños permanecer en Primera.

La instrucción, que ya dura más de dos años, está cerca de terminar. Los jugadores han ido declarando en el juzgado de Valencia. Algunos, como Gabi y Jorge López, que ese dinero era para pagar los autobuses de los aficionados y que era un favor que les pidió Agapito. Otros, como el técnico Javier Aguirre, que ese dinero se lo ingresaron sin su permiso y otros, como Doblas o Braulio, simplemente se han negado a declarar. El caso es que la pista de más de un millón de euros que el Zaragoza ingresó en las cuentas de muchos de sus jugadores se pierde y, siempre según la Fiscalía Anticorrupción, florece en Valencia, vinculado a jugadores del Levante.

Estos jugadores presentaron sus gastos de aquel verano. Muy poco dinero. Casi todos argumentaron que pasaron unas vacaciones familiares, casi sin gastar, poco menos que pagadas por sus familias, en el verano de 2011. La juez y el fiscal preguntaron entonces por los gastos del verano anterior, para compararlos y ver si era cierta esa costumbre familiar. Y los datos son demoledores.

De 250.000 euros a 3.000

Las presuntas vacaciones hogareñas, baratas y familiares de los futbolistas que entonces militaban en el Levante, en 2011, contrastan con los lujos del mismo periodo, en el año anterior según unos datos elaborados por el Deportivo de La Coruña, uno de los acusadores. El ecuatoriano Felipe Caicedo, ahora en el Espanyol, gastó poco más de 3.000 euros en 2011. El año anterior 250.000.

Los datos del jugador del Sevilla, Vicente Iborra, son también llamativos aunque la diferencia es mucho menor: de 13.000 en 2011 a 51.000 que gastó el verano anterior.

Fuentes judiciales del caso consideran evidente que estos datos de sus cuentas bancarias arrojan el manejo de un dinero de difícil explicación, que achacan al pago del presunto amaño por dejarse ganar en el Ciutat de València, en aquel final de temporada.

Poca ayuda en la instrucción

La instrucción del caso no ha sido fácil, según otras fuentes, ya que ninguno de los testigos que podían arrojar luz sobre el caso -Augusto César Lendoiro, Fernando Roig, Sergio González- no han querido hacerlo en un asunto que sí afirmaron conocer en un primer momento. El denunciante, Javier Tebas, como presidente de LaLiga, sí puso toda la carne en el asador explicando cómo llegó a su conocimiento este caso, entre otros factores gracias a la amistad entre algún jugador de aquel Levante y el Deportivo de la 2010-11, que resultó perjudicado y terminó descendiendo.

ordenador (1)