Los actos de brujería son más comunes de lo que uno pensaría en el fútbol africano, a punto tal que hace un par de meses la Federación de Ruanda tuvo que prohibir oficialmente los hechizos dentro de las canchas luego de una extraña sucesión de hechos en un partido de Primera División. En el resto del contiente, en cambio, no hay una legislación formal al respecto. Y el entrenador de Al Masry lo aprovechó.

En el partido de vuelta de la primera ronda preliminar de la Copa Confederación de la CAF (la segunda competición internacional del continente), el equipo egipcio derrotó 1-0 a Ifeanyi Uba y llevó la eliminatoria a los penales, tras el 1-0 que había conseguido el cuadro nigeriano como local. Y entonces llegó el momento de conjuro: antes del inicio de la tanda, Hossam Hassan se acercó sigilosamente hacia el arco donde estaba por comenzar la serie y depositó un objeto junto a uno de los palos (mismo procedimiento que había ocurrido en la jugada que obligó a la prohibición en Ruanda).

A pesar de que el arquero rival intentó detenerlo, los penales comenzaron normalmente. ¿Qué pasó? Los hombres de Ifeanyi Uba fallaron sus tres remates, Al Masry ganó 3-0 y se clasificó a la siguiente instancia.