Es inexplicable que el árbitro murciano José María Sánchez Martínez, a un par de metros de la acción y sin ningún jugador que le tapara la visión, no haya amonestado a Escalante por su durísima entrada a Sergio Busquets en el inicio del partido, pisando y retorciendo el tobillo, donde ya no le protege la bota.
Podría haberle sacado la roja directa, pero ya no es que el jugador del Eibar no haya visto la amarilla, ¡es que no pitó ni la falta! El Barça vuelve a salir perjudicado por un error arbitral en un inicio de 2017 abundante en equivocaciones en contra del equipo azulgrana tanto en Liga como en Copa. La consecuencia: la lesión de Busquets, que priva al Barça de un jugador imprescindible, y el permiso a Escalante para seguir haciendo faltas. De hecho, ha visto la amarilla a la media hora por un placaje a Neymar, evitando una contra peligrosa. Nunca hubiese hecho esa falta Escalante de haber arrastrado la primera amonestación.
Por cierto, Sánchez Martínez arbitra el miércoles el Celta-Real Madrid, partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey en el que el equipo blanco tiene que remontar el 1-2 del Bernabéu. Su designación ya crea suspicacias.