En los últimos años los programas japoneses han puesto en aprietos a Lionel Messi, al principio lanzando el balón al cielo, luego contra un portero mecánico gigante. Ahora le prepararon otro reto.

Esta vez se trataba de derribar a un dron, pero no manejado por cualquiera sino del campeón japonés en carreras de estos artefactos, o sea uno de los más rápidos del mundo.

Para esto necesitaba un socio, Luis Suárez iba a ayudar a Messi en esta tarea y mira que fue lo que pasó: