En su etapa como técnico del Barcelona todo era mucho más fácil. El propio Guardiola lo reconoce en una frase que aparece en el libro de Martí Perarnau La Metamorfosis. «Mi táctica en el Barcelona consistía en que le llegara el balón a Messi», decía. La importancia del argentino en el juego del conjunto, hizo que no hiciera falta un despliegue de sistemas para aplicar en el equipo azulgrana.

La realidad fue muy diferente en Múnich. Allí el técnico fue utilizando un sinfín de sistemas obligado por los rivales y por un equipo muy diferente al azulgrana. Y este gran número de variantes, no todas, también las está empleando en el City.

«Estos sistemas o módulos, los utilizó en los 160 partidos que disputó en Múnich y ahora lo sigue haciendo. En un partido puede utilizar dos o tres. Y algunos de manera muy puntual. El 5-3-2, por ejemplo, sólo lo ha empleado dos veces y ambas frente al Dortmund. Es para contrarrestar el planteamiento de Klopp que hace una ‘U’ en el centro del campo. Y lo curiosos del tema es que el alemán no lo ha sabido descodificar. Por eso, quiero ver el Liverpool-City porque esto es como una partida de ajedrez y ahora le toca mover a Klopp. Es apasionante cómo aprenden los entrenadores y cómo se conocen. En la crisis de resultados del City, los técnicos rivales eran Koeman, Luis Enrique, Pochettino y Rogders. Todos ellos conocían perfectamente a Guardiola», dice Martí Perarnau.

Esta gran variedad de opciones viene a demostrar que Guardiola es un técnico abierto, dispuesto a aprender y no se queda en el 4-3-3 con el que se formó en el Barcelona. Al de Santpedor incluso se le ha atacado en algunas ocasiones por jugar el mismo sistema, tocando una y otra vez.

«El tikitaka es una mierda, es un sucedáneo: es pasarse el balón por pasárselo, sin intención ni agresividad», dice Guardiola en una frase que recoge Perarnau. A Pep muchas veces se le ha encasillado en un sistema de juego muy concreto, pero su evolución ha sido constante.

Y con esas variantes ha alcanzado en muchas ocasiones partidos inolvidables como ese 1-7 conseguido por el Bayern en Roma. Entonces utilizó una variante muy poco habitual como es el 3-1-4-2. Y le salió redondo.