Un castigo que puede considerarse ejemplar, sobre todo porque partió del propio club y no de la Federación. Ocurrió en el Sparta Praga, que por la última fecha de la Liga de República Checa igualó 3 a 3 con Zbrojovka Brno.
A dos jugadores, el arquero Tomas Koubek y el volante Lukas Vacha, no les gustó que la jueza asistente Lucie Ratajova no cobrara offiside en el empate final del rival y dijeron: “Las mujeres tienen que estar en la cocina y no arbitrando un partido de hombres”.
¿Conclusión? El club decidió que ambos jugadores pasen a entrenarse con el plantel femenino del club. “Es para que se den cuenta de que las mujeres no sólo pueden ser valiosas en la cocina”, declaró Adam Kotalik, director general del Sparta.
Tras lo sucedido, Koubek, que además ataja en la selección de su país, se disculpó en Facebook por su actitud y escribó: “Un error en Brno causó una gran cantidad de emociones. Inmediatamente después del partido dije algo que me entristece y por los que me gustaría pedir disculpas a todas las mujeres”.