Tras ser campeones de la Premier League en la última temporada, los jugadores del Leicester inglés recibieron numerosos premios. Entre ellos, un BMW i8 para cada uno, por parte del dueño del club.

Sin embargo, tras la alegría por el flamante vehículo, llegaron muchísimas confusiones, ya que no lograban distinguir cuál pertenecía a cada uno.

Entonces, muchos de ellos se vieron obligados a cambiar la pintura del auto o agregarle detalles que los diferenciaran del resto.

“Son hermosos pero era un verdadero dolor de cabeza diferenciarlos”, dijo una fuente del club al diario inglés The Sun.