Las piezas parecían encajar. Tras las derrotas en las asignaciones mundialistas de 2018 y 2022 (Rusia y Qatar, respectivamente), la realización de la Copa América Centenario 2016 parecía la apuesta definitiva de Estados Unidos para demostrar su monstruosa capacidad de organización en magnos eventos deportivos.

La realización de una Copa del Mundo en su territorio es un sueño de dominio público; sin embargo, diversos factores han lastimado sus ilusiones como sede mundialista.

“La escala de la Copa América Centenario 2016 será, como mínimo, dos veces el tamaño de la Copa América 2015, tanto por la asistencia en el estadio, el alcance global de la televisión y el conocimiento del mercado de Estados Unidos”; Kathy Carter, presidenta de la empresa SUM (Soccer United Marketing).

En comparativa con lo logrado el año pasado (Chile 2015), la realización de la Copa América Centenario no ha cumplido con las expectativas. De acuerdo a Forbes, la versión Centenario del certamen copero rebasaría los dos millones de entradas, así como el doble de audiencia en comparación con la audiencia generada en 2015 (arriba de 600,000 televidentes en Chile); sin embargo, al día de hoy, el torneo celebrado en Estados Unidos apenas rebasa la cantidad de 1,000,000 de tickets vendidos, quedándose apenas a la mitad de lo presupuestado doce meses atrás.

La aparición de selecciones nacionales como Argentina, Chile (vigente campeón), Estados Unidos (anfitrión) y México (con el mayor número de seguidores en el torneo) es el punto sobre el que se sostiene, desde los estadios o en televisión, el éxito de la Copa América Centenario.

Sin embargo, al hablar de sedes donde los equipos no son tan llamativos, el éxito del torneo disminuye sus bonos; de acuerdo a reportes ofrecidos por parte de StubHub (empresa dedicada a la venta de entradas para diversos eventos y espectáculos, incluida la CA100), y aunque reveló la cantidad de tickets vendidos, Seattle y Orlando son las peores sedes del torneo en este rubro.

El ‘fracaso’ de estas ciudades, por llamarlo de alguna manera, se basa en los enfrentamientos de la fase de grupos poco llamativos (Panamá vs Bolivia o Brasil vs Haití, en Orlando); o, como en Seattle, un encuentro entre Argentina vs Bolivia, en donde la clasificación albiceleste a rondas finales –como primer lugar de grupo- podría estar prácticamente decidida, por lo que Lionel Messi, la figura más importante del torneo, podría tener descanso y no jugar.

A diferencia de los partidos anteriormente mencionados, los encuentro de las selecciones de México, Argentina y Estados Unidos han contado con un buen número de personas en los estadios, con mayoría de simpatizantes para estos equipos.

La salvación económica del torneo tiene como estandarte el paso de estos equipos y su avance a rondas finales, donde partidos celebrados en sedes como Houston (NRG Stadium, con más de 71,000 aficionados); Chicago (Soldier Field, con más de 61,000 aficionados); Phoenix (University of Phoenix Stadium, con más de 63,000 aficionados); o Nueva Jersey (Metlife Stadium, con más de 82,000 aficionados), con costo de 50 dólares en adelante (por entrada), logren sanar el golpe de los asientos vacíos en partidos de la primera fase.

La magna celebración del torneo de selecciones más longevo en la historia del futbol no ha cumplido con las expectativas planteadas un año atrás. A diferencia de lo esperado por el comité organizador y diversos patrocinadores, y originado por diversos factores, la Copa América Centenario dista mucho del “éxito” que suponía su celebración en un territorio como Estados Unidos. ¿Logrará recuperarse?